Un equipo internacional de científicos, que incluye al Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha identificado por primera vez el mecanismo universal que permite a los chorros cósmicos mantener su estructura mientras atraviesan el espacio.
Este hallazgo resuelve un enigma de décadas sobre la colimación de estos flujos y proporciona una nueva perspectiva sobre su papel en el universo.
Los chorros cósmicos, o jets, son flujos intensos de materia y energía que se originan en diversos contextos astrofísicos, desde agujeros negros supermasivos en los núcleos de galaxias hasta protoestrellas en formación dentro de nuestra propia Vía Láctea.
Viajan a velocidades supersónicas, a menudo cercanas a la velocidad de la luz, y tienen un impacto crucial en la evolución de sus entornos.
Aunque los jets son alimentados por fuentes de energía muy diversas, los científicos sospechaban desde hace tiempo que su colimación —es decir, su capacidad para permanecer concentrados sin dispersarse en el espacio— se debía a un fenómeno común.
El estudio, publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, presenta la primera evidencia sólida de la existencia de un campo magnético helicoidal —similar a un muelle en espiral— en un jet protostelar, lo que confirma la universalidad del mecanismo que colima estos chorros.
Este descubrimiento fue posible gracias a observaciones realizadas desde el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) en Estados Unidos. El campo magnético helicoidal fue identificado como el responsable de guiar y mantener la estructura de los chorros, ya sea en estrellas jóvenes o en los potentes jets de agujeros negros supermasivos en galaxias distantes.
El equipo utilizó avanzadas técnicas de observación, como la Medida de Rotación de la radiación sincrotrón, aplicada al jet conocido como HH 80-81, que se origina en una estrella joven de nuestra galaxia.
Esta técnica permitió medir cómo el ángulo de polarización de la radiación rota al atravesar un medio magnetizado e ionizado, un efecto conocido como rotación de Faraday.
“Gracias a este análisis, pudimos confirmar la presencia de un campo magnético helicoidal, similar al detectado en jets de agujeros negros supermasivos. Esto demuestra que los jets de estrellas jóvenes y los de galaxias activas comparten el mismo proceso para mantenerse concentrados”, explicó Guillem Anglada, investigador del IAA-CSIC y miembro del equipo.
El descubrimiento es un paso crucial para entender los procesos fundamentales que rigen los flujos de materia y energía en el universo.
Este mecanismo común no solo unifica nuestra comprensión de los chorros cósmicos en diferentes escalas y entornos, sino que también refuerza la idea de que existen principios universales que regulan la dinámica del cosmos.
La investigación subraya la importancia de los avances tecnológicos en los observatorios modernos, como el NRAO, cuyo alto nivel de sensibilidad y ancho de banda permitió llevar a cabo este análisis detallado.
Con este hallazgo, los científicos están más cerca de desentrañar los misterios de los chorros cósmicos y su impacto en la formación de estructuras en el universo.