El ganadero paraguayo, Félix Urbieta, cumplió este sábado ochos años de haber sido secuestrado por una escisión de la guerrilla del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y su familia reprochó "indiferencia y olvido" por parte de las autoridades, al tiempo que exigió "no bajar los brazos" hasta encontrarlo."Hoy, ocho años después seguirnos de pie, más firmes que nunca, con la certeza de que el amor y la memoria son más fuertes que la indiferencia y el olvido", afirmó esta víspera en una conferencia de prensa Liliana Urbieta, hija del ganadero secuestrado el 12 de octubre de 2016 en el departamento de Concepción (norte).
La mujer señaló que la ausencia de su padre ha reafirmado el compromiso de la familia de "seguir exigiendo justicia, de seguir buscando, de no bajar los brazos" y de pedir al Gobierno de Paraguay la asignación de más recursos para hallar a su familiar.Entre ellos, mencionó más tecnología e insumos para que las fuerzas militares y policiales puedan cumplir su misión.
"Qué otorguen la prioridad que realmente este asunto del secuestro merece, pedimos verdad, pedimos justicia, pedimos respuestas, no podemos descansar mientras nuestro padre siga secuestrado", agregó.
Urbieta fue capturado cuando se encontraba junto a su esposa en su finca de la localidad de Horqueta, por miembros del Ejército del Mariscal López (EML), una escisión del EPP.Consultada por periodistas sobre los resultados de la búsqueda, la víctima denunció que las autoridades "nunca" dieron respuestas.
"De parte de las autoridades, nunca nos pudieron dar una respuesta (sobre) qué pasó con nuestro papá", lamentó.
Asimismo, aseguró que la ausencia de su padre es una deuda pendiente que debe ser saldada.
"Cada día que pase sin justicia será un día más en el que su recuerdo nos acompañe como una deuda pendiente, una deuda que todos tenemos que asumir y reclamar que sea pagada", dijo.
Igualmente, la hija del ganadero dijo que también "alzan la voz" por aquellos que "han sido silenciados" al recordar al exvicepresidente de Paraguay Óscar Denis (2012-2013), secuestrado por el EPP en septiembre de 2020, y al policía Edelio Morínigo, retenido por ese grupo armado el 5 de julio de 2014.
El EPP, señalado por el Gobierno de mantener vínculos en su momento con la extinta guerrilla colombiana de las FARC, nació en 2008 y ha concentrado sus actividades en los departamentos de Concepción, Amambay y San Pedro, al norte del país.