18 Dec
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El huracán “Helene” se convirtió en uno de los eventos climáticos más destructivos del 2024, al dejar un saldo preliminar de más de 150 muertes y miles de millones de dólares en pérdidas en seis estados del sureste de Estados Unidos, según reportes oficiales.

Catalogado como el ciclón más mortífero desde el devastador Katrina en 2005, Carolina del Norte fue el estado más afectado, con al menos 100 decesos y daños económicos superiores a los 59,600 millones de dólares, de acuerdo con cifras del gobierno estatal. 

Las históricas precipitaciones de hasta 76 centímetros ocasionaron inundaciones masivas y deslizamientos de tierra, dejando severos daños en hogares, infraestructura pública y en la industria agrícola.Impacto del ciclón

Tras tocar tierra el 26 de septiembre en la región del Big Bend, Florida, con vientos sostenidos de 225 km/h, “Helene” se posicionó como el huracán más poderoso registrado en esa zona. 

Desde Florida, el ciclón se desplazó hacia Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee y Virginia, debilitándose progresivamente hasta convertirse en depresión tropical.

En Florida, el Instituto de Ciencias Agrícolas y Alimentarias de la Universidad de Florida (UF/IFAS) estima que las pérdidas agrícolas oscilan entre 40.3 y 162.2 millones de dólares, con más de 2.4 millones de hectáreas de tierras cultivables afectadas. 

Cambio climático: un factor determinante

Expertos, como la red científica World Weather Attribution, señalaron que las altas temperaturas del Golfo de México que alcanzaron 29.4 grados Celsius impulsaron la fuerza destructiva de “Helene”, fenómeno atribuido al cambio climático

El reporte preliminar sostiene que esto contribuyó a un 10% más de lluvias, intensificando los efectos del huracán.Comunidades hispanas, las más afectadas

El impacto de “Helene” también puso en evidencia las desigualdades sociales

La organización Climate Power destacó que las comunidades latinas en el oeste de Carolina del Norte fueron de las más afectadas, al residir en remolques que fueron destruidos o inundados. Además, la barrera del idioma dificultó que muchas familias accedieran a información crítica durante las labores de emergencia.

Casos como el de los trabajadores hispanos en una fábrica de plásticos en Erwin, Tennessee, quienes fallecieron por falta de evacuación oportuna, son un reflejo de la desproporcionada vulnerabilidad de estas comunidades ante fenómenos climáticos extremos. 

Antonieta Cádiz, directora de Climate Power en Acción, advirtió que estas desigualdades podrían profundizarse conforme los eventos extremos se vuelvan más frecuentes debido al aumento de las temperaturas globales.

“Helene” no solo deja una estela de destrucción, sino que también representa una advertencia sobre el futuro climático y la necesidad urgente de abordar las desigualdades sociales que amplifican el impacto de estos desastres.

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