A simple vista, Pando parece un hermoso bosque de álamos temblones en Utah, Estados Unidos. Sin embargo, este extenso organismo oculta un secreto extraordinario: todos los 47,000 árboles que lo componen están conectados por un mismo sistema de raíces y son genéticamente idénticos. Para los científicos, Pando es un único organismo, lo que lo convierte en el "ser vivo más grande y más pesado del mundo", con un peso estimado de 13 millones de toneladas.
Ubicado cerca de Fish Lake, en una extensión de 43 hectáreas, este árbol-colonia ha sido objeto de estudios durante décadas debido a su longevidad y peculiar estructura clonal. Recientemente, un equipo de biólogos logró calcular por primera vez su posible antigüedad, que podría situarse entre 16,000 y 81,000 años, lo que lo hace uno de los seres vivos más longevos del planeta.
¿Cómo lograron estimar su edad?
Para investigar la historia evolutiva de Pando, la bióloga Rozenn Pineau, del Instituto de Tecnología de Georgia, junto a su equipo, recolectó y analizó más de 500 muestras de diferentes tejidos del árbol, como hojas, raíces y corteza. El análisis se centró en identificar mutaciones somáticas, pequeñas variaciones en el ADN que se producen en células después de la concepción.
Según Pineau, al comparar estas mutaciones en distintas partes del organismo, los científicos pudieron reconstruir una especie de "historia genética" de Pando y estimar su edad. El estudio arrojó tres posibles cifras de antigüedad: la más conservadora, de 16,000 años; otra de 34,000 años; y la más ambiciosa, de 81,000 años. Aunque estas cifras varían, todas apuntan a una conclusión notable: Pando es extraordinariamente antiguo. En su edad mínima estimada, este organismo habría comenzado a crecer desde la última Edad de Hielo; en la máxima, habría germinado antes de que los humanos modernos abandonaran África.
¿Qué hace a Pando tan único?
Los álamos temblones, como los que forman Pando, pueden reproducirse de dos maneras: a través de semillas, o mediante brotes que nacen de sus raíces, produciendo árboles genéticamente idénticos llamados clones. Pando es el mayor bosque clonal conocido, lo que significa que, aunque cada uno de sus troncos parece un árbol individual, todos forman parte de un mismo organismo.
Pineau y su equipo destacan la importancia de Pando no solo por su tamaño, sino también por su resistencia y longevidad. "Incluso en su edad más conservadora, este clon de álamo ha estado creciendo desde la última glaciación", señaló Pineau en declaraciones a New Scientist.
Pando: un testigo de la historia
La longevidad de Pando lo convierte en un "testigo" de la evolución y los cambios ambientales que han ocurrido en la Tierra durante milenios. Will Ratcliff, otro biólogo del equipo, mencionó en redes sociales que, incluso en la estimación más conservadora, Pando ya estaba presente cuando los humanos cazaban mamuts, y en la más alta, podría haber existido antes de la migración de nuestra especie fuera de África.
El estudio concluye que, independientemente de su antigüedad exacta, Pando es un símbolo de la longevidad y resiliencia de los sistemas naturales, consolidándolo como uno de los organismos vivos más antiguos y singulares del planeta.